miércoles, 30 de mayo de 2012

SEGUIR ADELANTE







Caminar por lugares desconocidos y saber que en el primer paso puede haber derrumbes,

o no..


La realidad puede ser mas simple, que no hallar un suelo firme,

la seguridad que da una intuición. 


Tener la certeza de que todo va a salir bien, sin planes, sin mapas, sin instrucciones.. 


Seguir adelante tropezar, caer..

en fin, levantarse y seguir.. 


Creer en lo que los ojos no puede ver, creer solo en mi.

jueves, 10 de mayo de 2012

ideas: outre monde*


FALSAMENTE TUYO, CHARLES BUKOWSKI






“Querida, encuentra lo que amas y deja que te mate. Deja que consuma de ti tu todo. Deja que se adhiera a tu espalda y te agobie hasta la eventual nada. Deja que te mate, y deja que devore tus restos. Porque de todas las cosas que te matarán, lenta o rápidamente, es mucho mejor ser asesinado por un amante.”









Charles Bukowski

sábado, 5 de mayo de 2012

¿QUE SON?






seres humanos, personas: 


¿que son, de donde vienen, a donde van?

...

¿por quien y porque viven o sobreviven? 

...

el ser humano vive y las personas sobreviven??

...

deberían de ser humanos por convicción 
y no seguir siendo personas por herencia??






EXTRACCIÓN DE LA PIEDRA DE LA LOCURA









La luz mala se ha avecinado y nada es cierto. Y si pienso en
todo lo que leí acerca del espíritu. Cerré los ojos, vi cuerpos
luminosos que giraban en la niebla, en el lugar de las
ambiguas vecindades. No temas, nada te sobrevendrá, ya no
hay violadores de tumbas . El silencio, el silencio siempre,
las monedas de oro del sueño.
Hablo como en mí se habla. No mi voz obstinada en
parecer una voz humana sino la otra que atestigua que no he
cesado de morar en el bosque.
Si vieras a la que sin ti duerme en un jardín en ruinas en la
memoria. Allí yo, ebria de mil muertes , hablo de mí
conmigo sólo por saber si es verdad que estoy debajo de la
hierba. No sé los nombres. ¿A quién le dirás que no sabes?
Te deseas otra. La otra que eres se desea otra. ¿Qué pasa en
la verde alameda? Pasa que no es verde y ni siquiera hay una
alameda. Y ahora juegas a ser esclava para ocultar tu corona
¿otorgada por quién? ¿quién te ha ungido? ¿Quién te ha
consagrado? El invisible pueblo de la memoria más vieja.
Perdida por propio designio, has renunciado a tu reino por
las cenizas. Quien te hace doler te recuerda antiguos homenajes.
No obstante, lloras funestamente y evocas tu locura y
hasta quisieras extraerla de ti como si fuese una piedra, a
ella, tu solo privilegio. En un muro blanco dibujas las
alegorías del reposo, y es siempre una reina loca que yace
bajo la luna sobre la triste hierba`del viejo jardín. Pero no
hables de los jardines, no hables de la luna, no hables de la
rosa, no hables del mar. Habla de lo que sabes. Habla de lo
que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu
mirada, habla del dolor incesante de tus huesos, habla del
vértigo, habla de tu respiración, de tu desolación, de tu
traición. Es tan oscuro, tan en silencio el proceso a que me
obligo. Oh habla del silencio.
De repente poseída por un funesto presentimiento de un
viento negro que impide respirar, busqué el recuerdo de
alguna alegría que me sirviera de escudo, o de arana de
defensa, o aun de ataque. Parecía el Eclesiastés: busqué en
todas mis memorias y nada, nada debajo de la aurora de
dedos negros. Mi oficio (también en el sueño lo ejerzo) es
conjurar y exorcizar. ¿A qué hora empezó la desgracia? No
quiero saber. No quiero más que un silencio para mí y las
que fui, un silencio como la pequeña choza que encuentran
en el bosque los`niños perdidos. Y qué sé yo qué ha de ser
de mí si nada rima con nada.
Te despeñas. Es el sinfin desesperante, igual y no obstante
contrario a la noche de los cuerpos donde apenas un manantial
cesa aparece otro que reanuda el fin de las aguas.
Sin el perdón de las aguas no puedo vivir. Sin el mármol
final del cielo no puedo morir.
En ti es de noche. Pronto asistirás al animoso encabritarse
del animal que eres. Corazón de la noche, habla.
Haberse muerto en quien se era y en quien se amaba,
haberse y no haberse dado vuelta como un cielo tormentoso
y celeste al mismo tiempo.
Hubiese querido más que esto y a la vez nada.
Va y viene diciéndose solo en solitario vaivén. Un perderse
gota a gota el sentido de los días. Señuelos de conceptos.
Trampas de vocales. La razón me muestra la salida del
escenario donde levantaron una iglesia bajo la lluvia: la
mujer-loba deposita a su vástago en el umbral y huye. Hay
una luz tristísima de cirios acechados por un soplo maligno.
Llora la niña-loba. Ningún dormido la oye. Todas las
pestes y las plagas para los que duermen en paz.
Esta voz ávida venida de antiguos plañidos. Ingenuamente
existes, te disfrazas de pequeña asesina, te das miedo frente
al espejo. Hundirme en la tierra y que la tierra se cierre sobre
mí. Éxtasis innoble. Tú sabes que te han humillado hasta
cuando te mostraban el sol. Tú sabes que nunca sabrás
defenderte, que sólo deseas presentarles el trofeo, quiero
decir tu cadáver, y que se lo coman y se lo beban.
Las moradas del consuelo, la consagración de la inocencia,
la alegría inadjetivable del cuerpo.
Si de pronto una pintura se anima y el niño florentino que
miras ardientemente extiende una mano y te invita a
permanecer a su lado en la terrible dicha de ser un objeto a
mirar y admirar. No (dije), para ser dos hay que ser distintos.
Yo estoy fuera del marco pero el modo de ofrendarse es el
mismo.
Briznas, muñecos sin cabeza, yo me llamo, yo me llamo
toda la noche. Y en mi sueño un carromato de circo lleno de
corsarios muertos en sus ataúdes. Un momento antes, con
bellísimos atavíos y parches negros en el ojo, los capitanes
saltaban de un bergantín a otro como olas, hermosos como
soles.
De manera que soñé capitanes y ataúdes de colores
deliciosos y ahora tengo miedo a causa de todas las cosas
que guardo, no un cofre de piratas, no un tesoro bien
enterrado, sino cuantas cosas en movimiento, cuantas
pequeñas figuras azules y doradas gesticulan y danzan (pero
decir no dicen), y luego está el espacio negro -déjate caer,
déjate caer- umbral de la más alta inocencia o tal vez tan
sólo de la locura. Comprendo mi miedo a una rebelión de las
pequeñas figuras azules y doradas. Alma partida, alma
compartida, he vagado y errado tanto para fundar uniones
con el niño pintado en tanto que objeto a contemplar, y no
obstante, luego de analizar los colores y las formas, me
encontré haciendo el amor con un-muchacho viviente en el
mismo momento que el del cuadro se desnudaba y me poseía
detrás de mis párpados cerrados.
Sonríe y yo soy una minúscula marioneta rosa con un
paraguas celeste yo entro por su sonrisa yo hago mi casita en
su lengua yo habito en la palma de su mano cierra sus dedos
un polvo dorado un poco de sangre adiós oh adiós.
Como una voz no lejos de la noche arde el fuego más
exacto. Sin piel ni huesos andan los animales por el bosque
hecho cenizas . Una vez el canto de un solo pájaro te había
aproximado al calor más agudo. Mares y diademas, mares
y serpientes . Por favor, mira cómo la pequeña calavera de
perro suspendida del cielo raso pintado de azul se balancea
con hojas secas que tiemblan en torno de ella. Grietas v
agujeros en mi persona escapada de un incendio . Escribir es
buscar en el tumulto de los quemados el hueso del brazo
que corresponda al hueso de la pierna. Miserable mixtura.
Yo restauro, yo reconstruyo, yo ando así de rodeada de
muerte. Y es sin gracia, sin aureola. sin tregua. Y esa voz,
esa elegía a una causa primera: un grito, un soplo, un
respirar entre dioses. Yo relato mi víspera. ¿Y qué puedes
tú? Sales de tu guarida y no entiendes. Vuelves a ella y ya no
importa entender o no. Vuelves a salir y no entiendes. No
hay por donde respirar y tú hablas del soplo de los dioses.
No me hables del sol porque me moriría . Llévame como
a una princesita ciega, como cuando lenta y cuidadosamente
se hace el otoño en un jardín.
Vendrás a mí con tu voz apenas coloreada por un acento
que me hará evocar una puerta abierta, con la sombra de un
pájaro de bello nombre, con lo que esa sombra deja en la
memoria, con lo que permanece cuando avientan las cenizas
de una joven muerta, con los trazos que duran en la hoja
después de haber borrado un dibujo que representaba una
casa, un árbol, el sol y un animal.
Si no vino es porque no vino. Es como hacer el otoño.
Nada esperabas de su venida. Todo lo esperabas. Vida de tu
sombra ¿qué quieres? Un transcurrir de fiesta delirante, un
lenguaje sin límites, un naufragio en tus propias aguas, oh
avara.
Cada hora, cada día, yo quisiera no tener que hablar.
Figuras de cera los otros y sobre todo yo, que soy más otra
que ellos. Nada pretendo en este poema si no es desanudar
ni¡ garganta.
Rápido, tu voz más oculta. Se transmuta, te transmite.
Tanto que hacer y yo me deshago. Te excomulgan de ti.
Sufro, luego no sé. En el sueño el rey moría de amor por mí.
Aquí, pequeña mendiga, te inmunizan. (Y aún tienes cara de
niña; varios años más y no les caerás en gracia ni a los
perros).
Mi cuerpo se abría al conocimiento de mi estar
y de mi ser confusos y difusos
mi cuerpo vibraba y respiraba
según un canto ahora olvidado
yo no era aún la fugitiva de la música
yo sabía el lugar del tiempo
y el tiempo del lugar
en el amor yo me abría
y ritmaba los viejos gestos de la amante
heredera de la visión
de un jardín prohibido.
La que soñó, la que fue soñada. Paisajes prodigiosos para la
infancia más fiel. A falta de eso -que no es mucho- la voz
que injuria tiene razón.
La tenebrosa luminosidad de los sueños ahogados. Agua
dolorosa.
El sueño demasiado tarde, los caballos blancos demasiado
tarde, el haberme ido con una melodía demasiado tarde. La
melodía pulsaba mi corazón y yo lloré la pérdida de mi
único bien, alguien me vio llorando en el sueño y yo expliqué
(dentro de lo posible), mediante palabras simples
(dentro de lo posible), palabras buenas y seguras (dentro de
lo posible). Me adueñé de mi persona, la arranqué del
hermoso delirio, la anonadé a fin de serenar el terror que
alguien tenía a que me muriera en su casa.
¿Y yo? ¿A cuántos he salvado yo?
El haberme prosternado ante el sufrimiento de los demás,
el haberme acallado en honor de los demás.
Retrocedía mi roja violencia elemental. El sexo a flor de
corazón, la vía del éxtasis entre las piernas. Mi violencia de
vientos rojos y de vientos negros. Las verdaderas fiestas
tienen lugar en el cuerpo y en los sueños.
Puertas del corazón, perro apaleado, veo un templo,
tiemblo, ¿qué pasa? No pasa. Yo presentía una escritura
total. El animal palpitaba en mis brazos con rumores de
órganos vivos, calor, corazón, respiración, todo musical y
silencioso al mismo tiempo. ¿Qué significa traducirse en
palabras? Y los proyectos de perfección a largo plazo; medir
cada día la probable elevación de mi espíritu, la desaparición
de mis faltas gramaticales. Mi suelo es un sueño sin
alternativas y quiero morir al pie de la letra del lugar
común que asegura que morir es soñar. La luz, el vino
prohibido, los vértigos, ¿para quién escribes? Ruinas de un
templo olvidado. Si celebrar fuera posible.
Visión enlutada, desgarrada , de un jardín con estatuas
rotas. Al filo de la madrugada los huesos te dolían. Tú te
desgarras . Te lo prevengo y te lo previne. Tú te desarmas.
Te lo digo, te lo dije. Tú te desnudas. Te desposees. Te
desunes. Te lo predije. De pronto se deshizo: ningún nacimiento.
Te llevas, te sobrellevas. Solamente tú sabes de este
ritmo quebrantado. Ahora tus despojos, recogerlos uno a
uno, gran hastío, en dónde dejarlos. De haberla tenido cerca,
hubiese vendido mi alma a cambio de invisibilizartne. Ebria
de mí, de la música, de los poetmas, por qué no dije del
agujero de ausencia. En un himno harapiento rodaba el llanto
por mi cara. ¿Y por que no dicen algo? ¿Y para qué este
gran silencio?

http://palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2958&p=Alejandra%20Pizarnik&t=Extracci%F3n%20de%20la%20piedra%20de%20locura

CASIDA DE LA TENTADORA








Todos te desean pero ninguno te ama.

Nadie puede quererte, serpiente,

porque no tienes amor,

porque estás seca como la paja seca

y no das fruto.

Tienes el alma como la piel de los viejos.

Resígnate. No puedes hacer más

sino encender las manos de los hombres

y seducirlos con las promesas de tu cuerpo.

Alégrate. En esa profesión del deseo

nadie como tú para simular inocencia

y para hechizar con tus ojos inmensos.










Jaime Sabines

CONEXION










Dos cuerpos que se cruzan en el espacio de la atmósfera
y desde lejos se encuentran fusionándose en átomos van destino a la tierra.


La Osa Mayor se encela


alumbra el firmamento


y la constelación de estrellas


observa la fusión del meteorito


que se formo de centellas.



Una luz resplandeciente


te conduce a la ceguera


al hacerse el contacto con la tierra


rompiendo las escalas descendentes



que provocan la hecatombe


y la eclosión de mis alas tras la eterna espera
 y destruye la ventana al hacer rugir el tiempo que transportó mi esfera.